El primer mirador que encontramos al adentrarnos en el Parque Rural de Anaga es el Mirador de Jardina. Desde él se aprecia un paisaje espectacular: la Montaña del Socorro en Güimar, y por el noreste hasta casi el Puerto de La Cruz y coronando todo este magnífico paisaje, se alza majestuoso el Volcán del Teide, la Laguna y las Mercedes.

Pero no es sólo la vista lo que pueden divisar desde aquí si no la propia historia. Desde estos riscos bajaba directamente el agua de La Laguna a la Calle del Agua, llamada así por esto. Cuando los castellanos conquistaron la isla decidieron construir su ciudad en un valle plano donde hubiera agua y tierra fértil.

La ubicación fue la que vemos desde aquí, San Cristóbal de la Laguna rodeada de montañas, cerca del puerto pero lo suficientemente lejos para evitar los ataques piratas. En 1494 los castellanos deciden conquistar Tenerife, en las luchas ocurridas durante la conquista se destacan la Batalla de Acentejo, fue la primera derrota del ejército español ante los guanches. El pueblo donde ocurrió esta batalla se conoce como la Matanza de Acentejo, los conquistadores le devolvieron la derrota a los guanches en la Batalla de la Victoria y para recordar que habían ganado el conquistador plantó un pino que todavía se conserva. El lugar donde ocurrió esta batalla se conoce como La Victoria. Todos estos lugares son visibles desde aquí.

Los guanches que no quisieron castellanizarse y convertirse en esclavos, huyeron a las montañas y aún hoy son visibles las cuevas que habitaron. Pero no hay que irse tan atrás en la historia para contemplar cómo vivían nuestros antepasados. Las sistemas de comunicaciones en esta parte de la isla son muy recientes y hasta el siglo pasado sus habitantes seguían viviendo en casa cueva, cultivando o cuidando el ganado en las tierras circundantes y yendo de un sitio  a otro andando por las mismas montañas y senderos que vemos desde aquí. Conviene dejar el coche cerrado para evitar posibles robos mientras está admirando a vista.